Quiénes Somos
Todo empezó cuando Salvador Arrabal se ofreció a cuidar un caballo. El primer caballo fue Estuco, un caballo castaño, pequeño, valiente y entero que vino de la Serrota, por la parte de Cepeda de la Mora, provincia de Ávila. En agosto de 1987 Estuco y yo hicimos en cuatro días una ruta de Riocabado (Ávila) a la Laguna Grande de Gredos y vuelta. Aquella primera ruta me abrió una puerta y me enseñó el principio del pozo sin fondo de la actividad ecuestre. Del otro lado de la puerta estaba el placer por viajar a caballo, la necesidad por vivir la relación con el animal, por conocerle, por compartir el campo abierto y la intemperie con el, por montar más y sobre todo por conocerle y por aprender a montar mejor. Ese ha sido y es el espíritu, el motor y el denominador común de todas nuestras actividades y es también la esencia que se ha ido contagiando y transmitiendo a quienes las hacen y con quienes hemos cabalgado, cabalgamos y cabalgaremos por ese pozo que –como digo- no tiene fondo y no deja de admirarnos y de enriquecernos…
Han pasado más de treinta años desde aquella primera ruta a la Laguna Grande Gredos. Seria largo contar ahora el camino seguido hasta aquí, como también resulta extenso nombrar a todos aquellos con quienes lo hemos compartido y también a los que ahora lo hacen; o recordar aquí uno por uno a los caballos que se han ido, algunos entre nuestras propias manos, o mencionar a los caballos y yeguas presentes o a las promesas que han nacido esta primavera. Todos tienen su sitio y todo forma parte de ese motor que no se para y que nos sigue empujando y nos lleva por ese pozo sin fondo del párrafo anterior, en el que -muy a nuestro gusto- seguimos hundiéndonos.
Esta página web explica en parte todo esto; considero que sus contenidos escritos y sus imágenes dan buena idea de lo que digo; ya se sabe que las imágenes valen más que las palabras. También se ofrecen en ella nuestros servicios y nuestros conocimientos en el momento presente.
Joaquín Fernández Duro.
Presidente.